Un banquete para los ojos: pastel de frutos del bosque

Una buena cantidad de galletas de soletilla más una buena dosis de queso mascarpone, un poco de buen café y mucho cacao en polvo conforman el segundo postre favorito de los italianos (el primero es el helado). Exacto, nos referimos al tiramisú. Lo que vas a ver a continuación es una versión más colorida y refrescante, ideal para aquellos que quieren tomarse una pausa del chocolate. Las frambuesas y los arándanos le dan tal toque de fantasía que será difícil tomar el cuchillo y hacer pedazos este sueño hecho pastel...

Vas a necesitar:

  • 600 g de frambuesas frescas
  • 200 g de azúcar en polvo
  • 100 ml de jugo de naranja
  • 400 g de queso mascarpone
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 250 ml de crema (nata)
  • 24 galletas de soletilla
  • 250 g de arándanos frescos

Se hace así:

Mezcla las frambuesas con 80 g de azúcar en polvo y el jugo de naranja, y tritúralas un poco con un tenedor. Prepara la crema en otro recipiente con una batidora de mano: mezcla el mascarpone, 120 g de azúcar en polvo, el extracto de vainilla y la crema (nata).

Cubre la pared interior de un molde redondo con una tira ancha de papel para hornear. De esta forma, podrás retirar el pastel del molde más fácilmente.

Ahora cubre la base del molde con una capa de galletas de soletilla. Lo mejor es partirlas por la mitad para poder rellenar todos los huecos.

Vierte la mitad de la mezcla de las frambuesas sobre las soletillas. Después agrega la mitad de la crema con el mascarpone y extiéndela de manera uniforme. Repite el procedimiento una vez más, formando una segunda capa de soletillas, frambuesas y mascarpone.

Para terminar, cubre el pastel con arándanos (colocados en círculo) y retira el molde.

Este pastel es perfecto para ponerle color al otoño y atraer todas las miradas como por arte de magia. Por supuesto, puedes reemplazar las bayas por otras que te gusten más. También puedes usar fresas para coronar esta delicia. ¡Que aproveche!

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