Una nueva versión de la tarta "olas del Danubio" para revivir esta tradicional delicia

Esta aclamada delicia se llama originalmente "donauwelle" (olas del Danubio), porque su combinación de masa clara y oscura recuerdan a las olas del río del mismo nombre. Es tan popular en Alemania que se puede comprar en casi todas las pastelerías. ¡Un verdadero clásico! Pero, ¿por qué no redefinir lo ya probado? Con esta receta le darás un toque de modernidad a la versión original, y si lo acompañas con una buena taza de café, aún mejor.

Ingredientes:

Para la base de bizcocho:

  • 4 huevos
  • 225 g de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 250 g de mantequilla
  • 2 cucharaditas de polvo de hornear
  • 250 g de mantequilla reblandecida
  • 1 cucharada de cacao
  • 50 g de chocolate negro
  • 300 g de cerezas amargas

Para la crema del pastel:

  • 150 g de mantequilla reblandecida
  • 300 ml de pudding de vainilla
  • 75 g de chocolate derretido

Para el glaseado:

  • 300 g de chocolate negro

Modo de preparación:

1. Primero pon los huevos, el azúcar y una pizca de sal en un bol y bátelos muy bien hasta obtener una consistencia espumosa. Luego agrega la harina y el polvo de hornear. Por último, añade la mantequilla reblandecida a la mezcla y vuelve a batir con la batidora eléctrica, esta vez hasta que la textura se ponga cremosa. 

2. Divide la masa en dos tazones diferentes. En uno añade el cacao en polvo y 50 g de chocolate derretido, y mezcla muy bien. 

3. Divide la masa de color claro en dos partes y colócales en dos moldes redondos. Alisa muy bien la superficie de ambas. Luego reparte la masa oscura en los dos moldes y extiéndela con cuidado sobre la capa clara.

4 Reparte  las cerezas agrias uniformemente en ambos moldes y presiónalas suavemente en la masa. Mete ambos moldes en el horno a 175 °C durante 35 minutos con la circulación de aire activada. 

5. Mientras el pastel se hornea, puedes encargarte de la crema. Con una batidora eléctrica bate la mantequilla reblandecida hasta que esté cremosa. Luego agrega el pudding de vainilla y mezcla de nuevo. A continuación, coloca la masa terminada en una manga pastelera.

6. Una vez que el pastel esté listo, déjalo enfriar. Después sácalo del molde y corta con cuidado parte de la capa superior con un cuchillo largo y afilado para obtener un corte liso. A continuación, coloca una de las placas de pastel en el molde. Extiende la mitad de la crema por la superficie con la manga pastelera y alisa con una espátula.

7. Derrite 75 g de chocolate en baño maría y repártelo de manera uniforme sobre la crema de la tarta. Alisa la superficie de inmediato con una cuchara. Cuando hayas terminado, coloca el pastel con el molde en el refrigerador por un rato, hasta que la capa de chocolate se haya endurecido un poco.

8. Cuando el chocolate se haya enfriado, unta el resto de la crema encima con la manga pastelera.

9. Pon la otra pieza del pastel con la parte de abajo hacia arriba. Mete la tarta casi terminada en la nevera durante 4 horas.

10. Lleguemos al último paso: ¡el glaseado! Saca el pastel de la nevera y ponlo en una rejilla. Debajo de esta tiene que haber una bandeja de horno para que se recoja el chocolate que se ha escurrido. Derrite completamente 300 g de chocolate en baño maría. Deja enfriar el chocolate hasta que esté un poco más viscoso y luego repártelo sobre la tarta de manera uniforme.

11. Y ahora, toma tu tenedor: ¡en sus marcas, listos, a comer!

¡No todos los clásicos que se redefinen pierden su encanto! Con esta versión, las "olas del Danubio" tendrán mucho más admiradores. 

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