Una sencilla receta, tres versiones de la pizza baguette
Por lo general, es mucho más fácil escudriñar el refrigerador en busca de algo para comer que cocinar un plato desde cero. Con tal de evitar más estrés, solemos acudir a una pizza congelada, a la cual le añadimos alguna cosilla antes de meterla al horno. Pero es tiempo de cambiar de hábitos y hacer tu propia pizza baguette. Es más sencillo de lo que te imaginas.
Vas a necesitar:
- 1 baguette
Para la mantequilla de hierbas:
- 3 cucharadas de mantequilla
- 1 diente de ajo picado
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharada de perejil
Para la salsa de pizza:
- 400 g de tomates en conserva
- Sal y pimienta
- 1 cucharadita de chile en polvo
- Azúcar
- 1 cucharadita de orégano
- 1 cucharada de aceite de oliva
Para ponerle encima:
- 180 g de mozzarella
- 75 g de queso parmesano
- 70 g de salami
- 4 cucharadas de queso crema
- 1 cucharada de albahaca
Es muy fácil:
- Corta la baguette a la mitad, de forma horizontal y divídela en tres partes.
- Derrite la mantequilla en una sartén y fríe el ajo levemente. Después agrega el orégano y el perejil. Unta las piezas de baguette con la mantequilla de hierbas y mételas al horno a 180 ºC durante 7 minutos.
- Mientras las baguettes se hornean, prepara la salsa de pizza. Con una licuadora de mano, tritura todos los ingredientes en una jarra hasta obtener un puré. Reparte esta salsa sobre las piezas de baguette recién horneadas.
- Rocíales mozzarella y parmesano a todas las piezas de baguette y después agrégales salami picado a dos de las piezas, mientras que a las otras ponles una cantidad generosa de queso crema. Hornea las baguettes de nuevo, esta vez por 15 minutos a 180 ºC. Para terminar, rocía la albahaca sobre las dos baguettes que solo tienen mozzarella y parmesano.
La mantequilla de hierbas y la salsa de tomate son los ingredientes base; puedes cambiar los ingredientes de encima (échale un ojo al refrigerador y seguro que encuentras algo). He aquí un tip muy práctico: prepara tus baguettes a granel y congélalas para disfrutarlas esos días en los que llegas a casa muriéndote de hambre y sin ganas de cocinar.