Un clásico milenario: tartitas de fruta

Cuando se trata de postres, no hay nada más clásico que una buena tarta de la tatarabuela. Puede que la de manzana sea la más popular, pero existe una gran variedad de otras frutas que tienen el mismo o, incluso, más potencial para alegrar tus papilas gustativas. Lo que poca gente sabe es que las tartas existen desde hace miles de años. Los arqueólogos han encontrado piedras talladas con lo que parecen ser recetas de varios tipos de tartas que fueron creadas 1.700 años A.C. Sabíamos que las tartas eran antiguas, pero estos descubrimientos introducen una nueva perspectiva. Para que sea más fácil disfrutar de este postre, hemos creado una miniversión que puedes tomar con la mano ¡y saborear hasta la última miga! 

Vas a necesitar (para 6 tartitas):

  • 2 paquetes de masa para quiche
  • 1 huevo batido
  • 80 g de azúcar moreno
  • 7 tapas de frascos para conserva

Para el relleno de manzana:

  • 2 manzanas
  • 100 ml de agua
  • 50 g de azúcar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

Para el relleno de cerezas:

  • 200 g de cerezas (incluyendo el jugo)
  • 50 g de azúcar
  • 1 cucharada de maicena

Es muy fácil:

  1. Extiende la primera lámina de masa para quiche y corta seis círculos usando la medida de las tapas de los frascos. Coloca los círculos de masa dentro de las tapas. 
  2. Para el relleno, primero hay que pelar las manzanas, cortarlas en trozos pequeños y cocerlas en una olla con el agua, el azúcar y el extracto de vainilla. Cuece hasta que el líquido se haya evaporado y quede una salsa espesa. Deja enfriar la mezcla y después viértela en tres de las minitartas.
  3. Para el relleno de cerezas, separa el jugo de la fruta, añádele azúcar y la maicena y ponlo a hervir a fuego lento. Por último, agrega las cerezas. Sigue cociendo la mezcla otros minutos y déjala enfriar antes de verterla en los otros tres moldes de las tartitas. 
  4. Desenrolla la segunda lámina de quiche y corta otros seis círculos con la ayuda de una de las tapas de los frascos. Hazles tres pequeñas ranuras a cada uno de los círculos de masa y cubre las tartas con estos. Asegúrate de humedecer los bordes con agua y presionarlos firmemente con un tenedor.
  5. Barniza la parte superior de las tartitas con el huevo batido y rocíales un poco de azúcar moreno. Hornéalas a 180 ºC por 20 minutos.

No hay nada como el olor a tarta recién hecha para iluminarte el día, y estamos absolutamente convencidos de que tu familia y amigos piensan lo mismo. Incluso después de 3.700 años, este clásico de todos los tiempos no deja de impresionarnos... ¡Buen provecho!

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