Seguro que si Vincent van Gogh viera esta obra maestra de la pastelería quedaría encantado, y es que se asemeja mucho a su obra «La noche estrellada», que pintó en 1889. La buena noticia es que no necesitas tener ni por asomo el mismo talento que el famosísimo pintor holandés para hornear esta maravilla para los sentidos.
Cheesecake Galáctico
Ingredientes
- 400 g galletas Oreo
- 120 g mantequilla derretida
- 150 g malvaviscos blancos
- 200 g queso crema
- 150 g leche
- 2 cucharaditas jugo de limón
- Colorante alimentario azul, rojo y negro
- Purpurina comestible
- Estrellitas de purpurina comestible
Elaboración paso a paso
- Desmenuza las galletas hasta que queden hechas migas. Mezcla las migas con la mantequilla hasta que quede una masa uniforme. Echa la mezcla en un molde desmontable, aplana el fondo con una cuchara y hazle un borde grueso. Deja el molde enfriar durante una hora.
- Derrite los malvaviscos con el queso crema al baño María. Remueve la mezcla con una batidora de mano mientras se calienta. Cuando la mezcla tenga una consistencia uniforme, agrégale la leche y el jugo de limón.
- Reparte la crema en cuatro boles diferentes: dos grandes y dos pequeños. Vierte más cantidad de crema en los boles grandes. Echa un par de gotas de colorante alimentario azul en uno de los boles grandes y mezcla hasta que la crema se haya coloreado por completo. Luego échale un par de gotas del colorante negro y remueve solo un poco para formar líneas en la crema. Repite el proceso con el otro bol grande. En uno de los boles pequeños, echa un par de gotas rojas y otro par de azules hasta que la crema se torne lila. La crema del otro bol pequeño se queda blanca.
- Vierte la crema azul con azul en el molde desmontable, luego la azul con negro. Deja volar tu fantasía con la crema lila, formando líneas y extendiéndolas con una cuchara, o haciendo círculos con un dedo. Deja que la crema blanca gotee sobre el pastel formando círculos. Decora con la purpurina y las estrellitas. Enfría el pastel durante 2 horas antes de degustarlo.
Video
El primer impulso del cerebro al ver algo azul, lila y negro no es comerlo. En este caso hay que dejar de lado el escepticismo y disfrutar de cómo la mezcla de chocolate crujiente y suave crema se deshace en tu boca.