La tarta de manzana como debe ser: ¡con fruta horneada y canela!

Estarás de acuerdo conmigo en que las tartas recién salidas del horno no solo inundan la cocina con sus apetecibles y tentadores aromas, sino también nuestros sentidos. La tarta de manzana despide una de las mejores esencias gracias a su deliciosa combinación de fruta y canela. Pero no hay razón para ponerse nostálgico: ¡ve por un bol para mezclar los ingredientes y ponte manos a la obra!

Vas a necesitar:

• 2 manzanas
• 2 cucharaditas de canela
• 180 g de harina
• 120 g de mantequilla
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 120 ml de leche
• 2 huevos
• 150 g de azúcar
• 2 cucharaditas de polvo de hornear
• 75 g de azúcar moreno

Para el glaseado:

• 60 g de azúcar en polvo
• 1 cucharada de leche

Ya verás qué fácil es:

Pela las manzanas y quítales el corazón, después córtalas en dados. Mézclalas muy bien con dos cucharaditas de canela. 

Mezcla la harina, la mantequilla, el extracto de vainilla, la leche, los huevos, el azúcar blanco y el polvo de hornear en un recipiente grande. Bate todo muy bien hasta obtener una consistencia suave.

Vierte la mitad de la masa en un molde para hornear y agrega la mitad de las manzanas con canela. 

Después añade el resto de la masa en el molde y coloca los últimos dados de manzana encima. Haz una mezcla con una cucharadita de canela y el azúcar moreno y rocíala sobre las manzanas.

Mete el pastel al horno (precalentado)  por 50 minutos a 180 ºC.

Tan pronto como la tarta se haya enfriado, revuelve el azúcar en polvo con la leche para hacer el glaseado. Después viértelo con cuidado sobre las grietas de la tarta.

Después de hornearla, espera un poco antes de ventilar la cocina. ¡Vas a querer conservar ese aroma celestial el mayor tiempo posible!

Respira hondo y tómate el tiempo de contemplar tu obra: has hecho tu propia tarta de manzana, con la que todos soñamos cuando recordamos nuestra infancia. ¡Y ahora, todo lo que tienes que hacer es comértela y saborear tus recuerdos!