Agrega la harina, la levadura, el azúcar, la sal y la leche templada en un bol, y mezcla todo hasta formar una masa. Cubre el bol con una toalla y deja que la masa crezca hasta duplicar su tamaño, unos 45 minutos aproximadamente.
Entre tanto, prepara los rellenos mezclando sus respectivos ingredientes.
Coloca la masa en una superficie enharinada, córtala en 3 porciones iguales y después moldea cada porción en forma de óvalo. Con un rodillo de cocina, aplana y extiende cada pieza de masa ovalada hasta alcanzar unos 40 cm de largo.
Distribuye los respectivos ingredientes a lo largo de 15 centímetros, justo a la mitad del pretzel. Después enrolla la masa empezando por una de las esquinas.
Enrolla los extremos un poco más delgados y largos. Dale a este rollo forma de pretzel cruzando los extremos, uno encima del otro dos veces. Lleva las puntas hacia los lados y presiónalas en la parte más gruesa del pretzel.
En una olla, hierve 1.5 l de agua con 2 cucharadas de bicarbonato de sodio y sumerge cada pretzel en este baño por 20 segundos.
Saca el pretzel con una espumadera o un cucharón para escurrir y déjalo secar muy bien antes de colocarlo sobre una bandeja forrada con papel para hornear. Rocía los pretzels con sal gorda y hornea durante 20 minutos a 180 ºC, o un poco menos si precalentaste el horno.