Con la ayuda de un embudo, vierte todos los líquidos en una botella, ciérrala muy bien y agítala vigorosamente.
Para la presentación, sírvela en una copa de cóctel con una porción de crema batida (¡o una doble si no estás a dieta!) y una galletita. Rocíale un poco de polvo de café.
Si te sobró cóctel (¡lo dudo!), no te olvides de meterlo al refrigerador, de otra forma la crema de la bebida puede ponerse ácida. No lo podemos permitir, ¿cierto? Si esperas muchos invitados, también puedes prepararlo con anticipación y mantenerlo frío hasta la hora de servirlo.