Lava las manzanas, quítales el corazón y córtalas en dados.
Calienta el azúcar en una olla hasta que se caramelice. ¡Ten cuidado de que no se queme!
Agrega el agua a la olla y espera a que hierva. Apaga el fuego y deja que el contenido se enfríe.
Vierte las manzanas en una jarra grande. Agrega el jarabe de caramelo, la sidra y el vino blanco. Mezcla todo muy bien y refrigéralo antes de servir.