En un bol, mezcla la harina, la sal y el agua hirviendo hasta obtener una masa uniforme. Cubre el bol y deja reposar la masa una hora.
Prepara el relleno con el requesón, la albahaca, el parmesano, el aceite de oliva y un poco de sal, pimienta y ralladura de limón. Integra los ingredientes muy bien.
Después de que la masa haya reposado el tiempo correspondiente, amásala un poco más y dale la forma de un rollo, el cual tienes que cortar en 10 rebanadas. Aplana cada una con el rodillo para que los círculos queden más grandes y delgados. Si no tienes un rodillo a la mano, haz presión con un plato pequeño.
Con una cuchara reparte y aplana el relleno de requesón sobre cinco círculos de masa. Haz un pequeño hueco en el centro del relleno con la cuchara y coloca ahí una yema de huevo con mucho cuidado, ya que debe quedar intacta. Barniza el borde alrededor del relleno con el huevo y cubre todo con otro círculo de masa. Presiona los bordes de ambos círculos para sellar el contenido.
Cuece los raviolis de huevo en agua con sal y, por último, rocíalos con cebollino y pimienta recién molida.