Pela las manzanas, remueve su corazón y pícalas en cubitos. Calienta los cubitos en una sartén, agrega el azúcar y la canela y deja que se caramelicen un poquito antes de bañarlas con el agua. Luego, deja que toda la mezcla se cocine por un rato.
Deja que se enfríe la compota en un bol y comienza a trabajar en la crema de mascarpone. Primero, usa una batidora eléctrica para mezclar el queso mascarpone, el queso crema, el azúcar y el extracto de vainilla. Después, agrega la crema mientras sigues batiendo hasta conseguir una consistencia cremosa.
Deja cinco galletitas a un lado. Luego, toma otras siete del paquete y muélelas. Puedes hacerlo fácilmente aplastándolas con la base de un vaso en un bol mediano.
Comienza colocando galletas en el fondo de un molde hondo. Luego, cúbrelas con la mitad de la compota y, sobre esta, esparce una capa de la crema. Ahora haz otra capa siguiendo el mismo proceso, con excepción de que también debes rociar la mitad de las galletas molidas sobre la crema de mascarpone. Esta será la capa de en medio.
Para la capa superior, rocía el resto de las galletas molidas en la superficie y decora todo con las cinco galletas que reservaste en un comienzo. Cubre todo el postre con film plástico y déjalo refrigerándose durante dos horas antes de servirlo.