Pon la harina, la sal y la mantequilla en un bol grande. Agrega la levadura seca y el azúcar a la leche; revuelve muy bien y después agrega esta mezcla al bol. Amasa los ingredientes con la mano o con los ganchos de la batidora hasta obtener una consistencia uniforme. Haz una bola y déjala en el bol durante una hora a temperatura ambiente. El bol debe estar cubierto con un paño limpio.
Mientras tanto, prepara una marinada con aceite de oliva, la albahaca y el ajo picado.
Toma porciones pequeñas de la masa que estuvo en reposo y moldea unas bolitas con la mano de unos 2,5 centímetros de diámetro. Sumerge las bolitas en la marinada que preparaste previamente y coloca 10 en un pequeño molde rectangular (o molde para pan). Hay que dejar espacio entre las bolitas porque van a aumentar su tamaño al hornearse.
Rocía la mitad de mozzarella encima y después coloca otras 10 bolitas repartidas en dos filas. Agrega el resto de queso sobre la segunda capa de bolitas y después los tomates. Por último, hornea el pan durante 30 minutos a 180 ºC con el calor arriba-abajo activado.
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Estas bolitas de queso van a desaparecer de la mesa antes de que termines de contarles a tu familia o amigos dónde encontraste esta receta. Una última recomendación: ¡Cómetelas calientes!