Precalienta el horno a 160 °C (calor superior e inferior) y engrasa el molde de horno. Calienta la cerveza Guinness y los pedacitos de mantequilla en una olla hasta que la mantequilla se haya derretido. Añade cacao en polvo y azúcar y mezcla. Aparte bate crema con huevos y extracto de vainilla y añade esta mezcla a la mantequilla. Agrega también harina y bicarbonato de sodio. Vierte la masa en el molde para tarta.
En cada una de las tres latas de Guinness vierte la misma cantidad de cacao en polvo, azúcar, mantequilla derretida y chocolate derretido. Introduce las 3 latas en la masa de forma equidistante y hornea todo de 45 a 60 minutos.
Después del horneado, deja la tarta enfriar durante 2 horas; puedes sacarla del molde. Saca con cuidado las latas de la masa, agítalas bien y vierte el relleno (la salsa de chocolate) en los 3 orificios de la tarta (gracias a la la salsa, la salsa de chocolate no se solidifica).
Para el glaseado, bate el queso crema y añade poco a poco el azúcar en polvo. Agrega el Baileys al queso crema y luego la crema batida. Decora la superficie de la tarta con el glaseado resultante.
Vierte el chocolate negro picado en la botella de vidrio. Hierve la crema y añádela mientras aún esté caliente. Cierra la botella y agítala hasta que la mezcla quede homogénea. Vuelve a quitar la tapa y deja enfriar el ganache hasta que alcance una temperatura de unos 20 °C. Mientras tanto, congela la pajita de vidrio durante unos 30 minutos.
Sumerge el popote congelado en la ganache, haz pequeños círculos con él y sácalo con cuidado. Espera a que la ganache del popote frío se haya solidificado.
Clava el popote en el centro de la tarta. Introduce una lata vacía de Guiness boca abajo en el popote. ¡Tu tarta Guiness parece como hecha por manos mágicas!