Corta la lámina de hojaldre en 9 tiras de 3 cm de ancho cada una. Úntalas con mantequilla derretida y espolvoréalas con azúcar y canela. Coloca las tiras en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y métela en el horno precalentado a 180 °C durante 20 minutos hasta que las tiras estén doradas. Deja enfriar el hojaldre durante aproximadamente 1 hora.
Mezcla la maicena con el azúcar, la pulpa de vainilla, una pizca de sal y la leche. Calienta todo a fuego lento. Cuando empiece a hervir, retira la sartén del fuego y agrega la yema de huevo. Deja enfriar la crema durante una hora. Por último, incorpora la crema batida a la crema fría.Tip: Pasa la crema de vainilla por un colador para evitar los grumos. Calienta en una olla la crema con la mantequilla, el azúcar, la cobertura de chocolate negro y el café en polvo. Una vez que todo se haya disuelto, refrigéralo durante al menos 2 horas. A continuación, bate la mezcla con una batidora hasta que quede esponjosa.
Corta con cuidado los palitos de hojaldre horneados por la mitad y a lo largo. A continuación, extiende la crema de vainilla sobre la mitad inferior de cada palito y vuelve a colocar encima la mitad superior.
Reparte la mousse de chocolate en forma de rectángulo (aprox. 12 x 30 cm de tamaño y 1 cm de grosor) sobre un trozo de papel de horno. Coloca cuatro de los palitos de hojaldre rellenos en el centro de la mousse de chocolate y unta también mousse de chocolate sobre ellos. Coloca una capa uniforme de rodajas de fresa encima.
Coloca las siguientes capas: mousse, 3 palitos de hojaldre rellenos, mousse, rodajas de fresa, mousse, 2 palitos de hojaldre rellenos. Por último, cubre todo por completo con el resto de la mousse de chocolate y alisa bien la superficie. Mete el pastel en el refrigerador durante al menos 6 horas.
Tras el tiempo de enfriamiento, coloca el pastel en capas en un plato y decóralo con las almendras laminadas y tostadas y rodajas de fresa y menta.