Lava bien los calabacines, rállalos grueso y ponlos en un colador. Espolvorea un poco de sal por encima y deja reposar los calabacines durante unos 10 minutos para que suelten el exceso de líquido.
Mientras tanto, enjuaga bien el maíz de la lata y deja que escurra bien. Lava el perejil, el cebollino, el eneldo y la menta y pícalos finamente.
Coloca el calabacín en un paño de cocina limpio y exprímelo con fuerza para extraer aún más líquido.
Pon el calabacín exprimido en un bol y mézclalo con el maíz, la harina y la maicena. Sazona la mezcla con sal, pimienta y jugo de limón. Mezcla todo hasta obtener una masa suave.
Forma pequeñas tortitas con la masa de calabacín y maíz. Calienta unas 2 cucharadas de aceite en una sartén grande a fuego medio y fríe las tortitas por tandas en la sartén caliente hasta que estén doradas. Esto lleva unos 3-4 minutos por cada lado. Asegúrate de no colocar las tortitas demasiado juntas para que queden bien crujientes.
Coloca las tortitas fritas sobre papel de cocina para que escurra el exceso de aceite mientras procesas el resto de la masa.
En un bol pequeño, mezcla la crema agria con el aceite de oliva restante hasta que quede suave, añade las hierbas picadas y sazona con una pizca de sal y un poco de pimienta.
Sirve los buñuelos de calabacín y maíz junto con la salsa de hierbas. ¡Buen provecho!