Pon a hervir agua en una olla grande y salpimienta generosamente. Agrega la pasta y cocínala según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente. Después, escúrrela con agua fría, colócala en un tazón y mézclala con un poco de aceite de oliva.
Mientras se cocina la pasta, lava los calabacines. Retira los extremos, córtalos por la mitad a lo largo y luego en rodajas.
Pela las cebollas, córtalas por la mitad y luego en tiras finas. Pela el ajo y pícalo en cubos finos.
Pica las almendras en trozos grandes. Escurre las aceitunas y córtalas en rodajas.
Lava bien el limón con agua caliente y ralla un poco de su cáscara. Córtalo por la mitad y exprímele el jugo.
Lava las hierbas frescas y pícalas en trozos grandes.
Calienta 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande. Fríe las cebollas hasta que estén transparentes. Agrega el calabacín y sazona con sal y pimienta. Fríelo durante 7-8 minutos, hasta que esté dorado por ambos lados.
Al final, agrega el ajo, fríelo por 1 minuto y vierte todos los ingredientes de la sartén sobre la pasta.
Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en la misma sartén. Tuesta las almendras revolviendo constantemente hasta que estén doradas. Sazona ligeramente con sal y hojuelas de chile.
Ahora, mezcla 1 cucharadita de ralladura de limón, 2-3 cucharadas de jugo de limón, aceitunas picadas, hierbas frescas y almendras tostadas con la pasta y el calabacín. Al final, sazona todo de nuevo con un poco de sal y pimienta.