Linda rosca trenzada con un glaseado cremoso y bayas frescas

¿Qué hay en la mesa de cada panadero y parece recién salido de la peluquería? Así es, una trenza de pan. Este bonito pastel, hecho de masa de levadura, no solo sabe a gloria, sino que también armoniza perfectamente rellenos dulces o salados.

Con la receta de hoy, les presentamos esta delicia trenzada en forma de rosca con un delicioso glaseado cremoso y bayas frescas para decorar.

Vas a necesitar:

Para la masa de levadura:

  • 580 g de harina
  • 250 ml de leche tibia
  • 7 g de levadura
  • 1 huevo
  • 100 g de azúcar
  • 60 g de mantequilla ablandada
  • 1 huevo para barnizar
  • 2 cucharadas de leche para barnizar

Para el glaseado:

  • 460 g de queso crema
  • 100 g de azúcar
  • 1 huevo
  • 1 cucharada de maicena
  • La pulpa de una vaina de vainilla

Para decorar:

  • Bayas
  • Azúcar en polvo

Se hace así:

1. Mezcla la leche con la levadura y luego agrega la harina, el huevo, la azúcar y la mantequilla hasta obtener una masa homogénea. Colócala en un bol, tan pronto como ya no se pegue en tus manos mientras amasas, cúbrela y déjala reposar durante 45 minutos.

2. Extiende la masa en forma de círculo sobre una superficie enharinada y presiona la tapa de una olla grande en medio.

3. Corta la parte restante de masa en tiras delgadas, como se muestra en la foto de abajo.

4. Trenza los las tiras siguiendo los movimientos que verás en el vídeo; luego deja que la masa repose por 15 minutos.

5. Pica con un tenedor la superficie que no está trenzada. Luego mezcla el huevo con la leche y barniza toda parte trenzada. 

6. Mezcla todos los ingredientes para el glaseado y repártelos en la masa dentro de rosca trenzada.

7. Hornea todo por 30-35 minutos a 160 °C con la circulación de aire activada. Deja enfriar la rosca rellena, luego adórnala con bayas y espolvoréala con azúcar en polvo antes de servirla.

Esta rosca trenzada de masa de levadura tiene la apariencia de un pastel. Su borde bien trenzado, así como su glaseado y sus coloridas bayas atraen todas las miradas y, por supuesto, los paladares más exquisitos. 

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